Astenia Primaveral
La astenia (cansancio, como es mayormente conocida) es una sensación de debilidad generalizada en nuestro cuerpo a nivel físico, pero también mental, que presenta síntomas como alteraciones del estado general, alteraciones del sueño y disminución de la libido, debilidad muscular, dificultad de concentración, trastornos de la memoria, cambios de humor, pérdida del apetito, entre otros síntomas.
Pero cuando estos síntomas de agotamiento se transforma en fatiga y no mejora nuestro estado con el descanso, nuestro día a día se hace cuesta arriba y si, además se alargan en el tiempo, es recomendable buscar una respuesta con tu médico.
El cambio estacional del invierno a la primavera puede provocar variaciones físicas y del estado del ánimo.
Esta situación es la que se conoce como astenia primaveral y es una etapa transitoria que suele durar entre 10-20 días de duración, estando relacionado con el cambio de luz y temperatura que se producen cuando llega la primavera y los cambios de hora.
Algunos consejos para aliviar sus síntomas:
En primer lugar, no te automediques. A veces tendemos a medicalizar cuadros que solo son simples cambios transitorios del organismo de adaptación.
El ejercicio físico también ayuda a reducir el cansancio. Elige cualquier actividad que te guste, natación, bicicleta, el yoga o el baile.
No realices comidas copiosas y realiza cinco comidas al día. Lo mejor es hacer tres comidas principales (desayuno, comida y cena) y dos tentempiés (a media mañana y a media tarde). Es aconsejable comer menos cantidad, pero más a menudo.
Los horarios regulares de sueño son reparadores así que intenta dormir 8 horas. Por supuesto, distancia la cena de la hora de ir a dormir al menos dos horas, para que la digestión no provoque alteraciones de sueño, Intenta realizar cenas ligeras.
Una dieta equilibrada y variada, rica en vitaminas y minerales. Sobre todo, toma frutas, verduras, carne, pescado, huevos, arroz, legumbres, pasta y patatas.
Evita al máximo el alcohol y el tabaco. El alcohol acentúa el cansancio al rato de consumirlo, además de otros efectos perjudiciales ya conocidos.
Consume dos litros de agua al día. Además de hidratarte, favorece la función renal e intestinal. El agua puede complementarse con zumos, infusiones y caldos.
